Empecé estudios de psicosociología que nunca terminé. Luego me hice buceador submarino en el Club Mediterráneo y fui acumulando cantidad de trabajillos. Entonces es cuando conocí a Maryse con la me casé y que se convirtió en mi “mentor”. Tras empezar en la restauración como camarero en una pizzería, empecé a cocinar con 28 años. Recuperé un pequeño restaurante en París, rue Mouffetard, en 1974, con un Chef. Una mañana, éste no vino a trabajar. Tuve que pasar detrás de los fogones, lo que se convirtió en un reto y una pasión. Aprendí todo lo que sé en los libros, en particular “La Cuisine Gourmande” (la cocina gustativa) de Michel Guérard y l’Escoffier. Me deleité acumulando estrella, gorros y nominaciones de Chef del año sin cansarme, ni de la cocina ni de la creación.
Una de nuestras especialidades es la hamburguesa de foie gras caliente. Un plato que creé para la cena de Nochevieja de Gault & Millau en 1987. El foie gras vuelta y vuelta servido entre una patata y una corona de setas. Una creación que simplemente deriva del foie gras con agraz.
Soy un cliente fiel y privilegiado de la Maison Rougié desde hace casi 35 años. Su foie gras de pato está refrigerado en caliente, con muy poca merma. La calidad del trabajo realizado es notable en cada una de las etapas del proceso. Me suministran el foie gras fresco. Mucha gente ignora que el foie gras se inventó en Lot-y- Garonne hace casi 250 años, con la “terrina de Nérac”.