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La Gruta Azul es el tesoro más conocido de Anacapri. La entrada de esta gruta sumergida es tan estrecha que solo pueden navegar a través de ella pequeños botes de remos y los visitantes deben agacharse para que el barquero pueda maniobrar sin problema. Desde el hotel, camine por el centro histórico de Anacapri y ponga rumbo a la gruta (deténgase a mitad de camino para observar las ruinas de la Villa Damecuta del emperador Tiberio).
Nada más y nada menos que una de las vistas más hermosas del mundo: eso es lo que ofrece el Caesar Augustus, que cuenta con una situación geográfica excepcional, ubicado en un acantilado con vistas al mar Mediterráneo, cuyo azul profundo se confunde con un horizonte de tonalidades paradisíacas.
El Sentiero dei Fortini, uno de los paseos más espectaculares de la isla, recorre toda la costa de Anacapri, desde la Gruta Azul al faro de Punta Carena. El recorrido está salpicado de promontorios rocosos, bahías tan profundas como fiordos y fortalezas del siglo XVIII, tres en total, que inspiraron el nombre del sendero. Inicie su paseo desde la Gruta Azul, y una vez en Punta Carena, déjese tentar por un refrescante baño en el mar a los pies del faro.
Platos fabulosos, vinos maravillosos, un servicio profesional y, por supuesto, unas vistas magníficas: La Terrazza di Lucullo, el restaurante del hotel Caesar Augustus, reúne todos los ingredientes para hacer que su comida sea memorable. Para disfrutar de una cena romántica, reserve una mesa junto a la piscina o bajo los árboles cerca del acantilado. ¿Desea hacer su pedida con total privacidad? Opte por el Pensatoio y su terraza privada que domina el mar, con unas vistas increíbles sobre la bahía de Nápoles.
¿Es adicto a las compras? Aquí, encontrará todo lo que busca en las callejuelas de la isla: limoncello, cerámica artesanal o incluso las últimas colecciones de los diseñadores de moda. ¿El recuerdo perfecto de Capri? Adéntrese en el pequeño taller de Antonio Viva, en el número 75 de la via Giuseppe Orlandi, y pídale al zapatero más conocido de la isla que le confeccione unas sandalias a medida, que coserá a mano, y ¡ante su atenta mirada!
Cada vez que busco inspiración para dar vida a mis menús, simplemente salgo al huerto del hotel. Esta inmensa parcela de casi una hectárea, auténtico paraíso de los Chefs, nos abastece de verdura rica en vitaminas, frutas llenas de sabor, sabrosas hierbas aromáticas y flores comestibles, todo de rigurosa estacionalidad y ecológico. Los clientes del hotel pueden pasearse a su libre albedrío por el huerto y, si lo desean, pueden ayudarme a recolectar los ingredientes que emplearé en la cena.