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Admire durante un paseo o una auténtica ruta las calas de aguas turquesas y los paisajes de infarto con el océano Atlántico como telón de fondo. Los 82 km de senderos alrededor de la isla le permitirán admirar la fauna y la flora, así como la belleza de las costas escarpadas que se adentran en las aguas del océano.
Belle-Île-en-Mer siempre se asocia con sosiego y relajación. Con tan solo poner un pie sobre esta isla bretona, el bienestar inundará su cuerpo. El centro de talasoterapia y el spa del Castel Clara, equipado con tecnología punta y que ofrece tratamientos de excepción, le garantiza un auténtico momento de tranquilidad.
Ya sea bajo una tormenta o un bonito cielo azul, Belle-Île-en-Mer oculta tesoros naturales que le aportan esa esencia mágica. Las Agujas de Port Coton, la Playa de Donnant o las Puntas de los Potros son, entre otros, los mejores lugares de interés dignos de una visita.
Pisar las tierras de Belle-Île-en-Mer también consiste en disfrutar de una espectacular naturaleza, peces y crustáceos que podremos descubrir durante una jornada de pesca en el mar.
Belle-Île-en-Mer da a conocer toda su esencia mediante sus pueblos y habitantes. Las casas de coloridas fachadas y tejados de pizarra y las callejuelas de los bonitos puertos seducen a los turistas que buscan la autenticidad. Desde el puerto de Palais, dominado por la ciudadela de Vauban, al puerto de Sauzon, se suceden bonitas casas y sus nasas, de Bangor a Locmaria, Belle-Île-en-Mer conmociona el alma y saca a la luz sus innumerables secretos. ¡No espere para descubrirla!
