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Dedicar el tiempo a dar un paseo por el parque... Bucear en un agua tan clara como el rocío... Deambular a la sombra de árboles centenarios... Toparse con una auténtica partida de croquet Atravesar el gallinero del castillo, donde descubrirá auténticas gallinas negras... Antes de hacer una parada para tomar una copa bajo la sombra de una parra... Se encuentra en Germigney, un lugar en el que encontramos un tesoro que creíamos perdido para siempre: ¡el tiempo!
La epopeya del "oro blanco" es una historia milenaria, una aventura industrial, política, económica y, sobre todo, humana, que tiene sus raíces en el subsuelo de la región. Al principio, fueron las salinas. De este precioso recurso, el Jura supo sacar provecho, erigiendo desde el siglo XV infraestructuras de extracción en Salins-les-Bains. Un patrimonio actualmente clasificado por la UNESCO de visita obligatoria, a tan solo unos metros del Castillo.
Desde los restos de los dinosaurios de Loulle hasta el Museo de Arte Moderno de Dole, desde la región de los lagos hasta las tierras remotas de Baume-les-Messieurs, pasando por el Parque Natural Regional del Alto-Jura y sus magníficas cascadas, los árboles frutales de La Comté, el Museo del Juguete, la Maison de la Vaca que ríe© o incluso el Musée de la Lunette... La región transmite su historia, sus valores y el saber hacer que le han otorgado sus cartas de nobleza. Un patrimonio reconocido a nivel mundial por sus personajes ilustres: Rouget de Lisle, Pasteur, Paul-Émile Victor, Marcel Aymé o incluso Louis Vuitton... Sus vidas se inscriben por completo en el paisaje del Jura, de ayer y de hoy.