"Malta es un lugar especial y fascinante donde se han mezclado muchas culturas diferentes, dando lugar a un sabor propio y original, un patrimonio histórico y artístico excepcional, una variada belleza natural y una cálida población. En pocos días podrá estar inmerso en el sentir de la isla y seguir los pasos de las primeras civilizaciones y de los caballeros de la Orden de San Juan. Un día típico puede comenzar desayunando con vistas a las fortalezas medievales de Mdina, seguir con un almuerzo en los alrededores de uno de los templos más antiguos que quedan en pie en el mundo, después echar una siesta en una de sus numerosas playas y terminar cenando en La Valletta, su capital barroca. Un vivo ejemplo de que los buenos perfumes se conservan en frascos pequeños".