Sabores directos, cristalinos. La máxima expresión de los productos de la tierra y el mar de las islas Frioul, en plena temporada, ocupan un lugar primordial en el plato. Esa es la esencia de mi cocina. Esa que aprendí de Ivonne, mi madre y profesora. Esa que he alimentado con nuevas inspiraciones al hilo de mis viajes, de mis experiencias y encuentros, ya fuese como presidente italiano de los Jóvenes Restauradores de Europa de 2009 a 2011 o en los congresos Identità Golose en Milán y Londres. La misma que perfecciono sin descanso, día tras día, y que Michela, mi hermana, sirve aquí, en nuestra casa, en este antiguo café-estanco, propiedad de mi familia desde 1887. Una cocina luminosa, concebida como el enlace sensible y único entre los productos que la naturaleza ofrece crudos y nuestros huéspedes; entre una lubina, unas verduras o unas hierbas salvajes... y usted. Mis únicos guías...