Con vistas al espléndido Jardín de las Palmeras, un edificio blanco de estilo Bauhaus alberga el restaurante Lafleur, llamado así en homenaje a la finca del Château Lafleur Pomerol. En ese escenario, el Chef Andreas Krolik crea una cocina contemporánea que combina productos regionales e influencias mediterráneas y revela su gran maestría para cocinar el pescado. En sus platos elegantemente presentados, hace que se equilibren dulzor y acidez, y no tiene reparo en utilizar las más intensas especias y hierbas aromáticas. Así la caballa bretona se sirve con caldo Dashi japonés y crema de berenjenas, y el carabinero se acompaña de una espuma de vermut, zanahorias especiadas y limón confitado.