Mi San Valentín con Relais & Châteaux: ¡ideas románticas para compartir contigo!
Este año, soñé con un regalo de San Valentín que compartíamos juntos. Soñé con un palacio florentino, con vistas a la eterna ciudad de Roma, con Venecia La Serenissima, con un paseo por París, deambulando por las antiguas calles de Lutecia, y después, disfrutar de la comodidad de un hotel privado de decoración insólita. Imaginé que podíamos atravesar el Atlántico y admirar la trepidante y encantadora Nueva York desde la terraza del Surrey Hotel. Aunque en este dulce sueño... Echaba en falta la Costa Azul y La Provenza, sus pueblos de montaña, Mougins y Saint-Paul-de-Vence (Le Saint-Paul), y sus amantes, Montand y Simone Signore, al igual que la Montaña Sainte Victoire, divina musa de la pintura Cézanne, locura de sus colores y formas. Entonces, sentí la necesidad de embriagarme, así que me dirigí a los viñedos de Burdeos y saboreé vinos deliciosos imaginando que era allí donde iríamos juntos a celebrar nuestro 14 de febrero. Casi sucumbí a las fragancias de los perfumes de Grasse pensando que sería un bonito regalo para ti. Por un instante, me atrajo la idea de visitar las bastidas provenzales caracterizadas por su encanto de antaño, rodeadas de olivares y de pinos piñoneros bajo los que podríamos dejar pasar el tiempo, disfrutando de la suerte de poder estar juntos. Se me ocurrió que un poco de inmensidad nos llevaría de nuevo a nosotros, a los dos, frente al Aubrac o el Mediterráneo. Casi al despertar, tuve ganas de bailar contigo unos pasos de vals en una Viena romántica... Vayámonos los dos a vivir este dulce romance, ¡es San Valentín!